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EXCUSAS

Toda excusa es buena si se trata de alimentarse bien o hacer ejercicio, ¿verdad? Esto debe finalizar y vamos a exponer las excusas más recurrentes y cómo acabar con ellas.

 

No tengo tiempo para cocinar

Seguro que inviertes mucho tiempo de tu vida en hablar por teléfono, estar en las redes sociales o simplemente tumbarte en el sofá para mirar la televisión. No se trata de una cuestión de tiempo, sino de prioridad.

 

No sé cocinar

No saber cocinar no implica comer mal. Aunque al principio resulte complicado, hay que ir aprendiendo poco a poco.

 

Como fuera de casa

Parece que comer en un restaurante o en un bar lleva implícito una mala alimentación. No tiene por qué ser así del todo. Se puede comer fuera y hacer una buena elección de la cena.

 

Rechazo a las verduras

Es muy común decir que no nos gustan las verduras. También es cierto que no las hemos probado todas. Poco a poco el paladar se acostumbrará y empezaremos a tolerarlas y más si están acompañas de otros alimentos como semillas, queso, jamón…

 

La fuerza de voluntad

¿A qué nos referimos cuando decimos que no tenemos fuerza de voluntad? ¿Para qué es necesario tener fuerza de voluntad? Todo es poco a poco y no es necesario dar un gran cambio de alimentación de una manera muy brusca.

 

Comer sano es más caro

¿Quién se ha inventado eso? Las verduras y hortalizas no son caras y menos si compras de temporada.

 

De algo hay que morir...

Seguro que la habréis escuchado miles de veces, de algo hay que morir… Sí. ¿Y qué tal si nos moriremos de viejos?

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